Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha participado hoy en la Jornada Técnica del Ovino, en la que ha presentado el estudio ‘Impacto de la burocracia normativa en la ganadería extensiva de los países mediterráneos de la Unión Europea. Situación en España’, en el que ha colaborado la Federación Andaluza de Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (FADSG).
La presentación de dicho estudio se ha realizado en el marco de la Feria Internacional Ganadera de Zafra. A través de esta investigación se ha llevado a cabo un análisis en profundidad de los entornos rurales tradicionalmente ligados a la actividad de la ganadería extensiva, así como de la evolución de sus censos, tanto ganaderos como de población.
En la presentación han participado el consejero delegado de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía y presidente de la FADSG, Agustín González, y el responsable del Departamento de Ganadería, Jorge Díaz, quienes han explicado que el objetivo del estudio ha sido poner de relieve los problemas que afectan y merman el desarrollo de la ganadería extensiva.
Jorge Díaz ha explicado que, para ello, se ha analizado la evolución de los censos ganaderos tanto en España como en Francia, Italia, Portugal y Grecia, desde el año 2008 hasta 2013, observándose acusados descensos, principalmente en porcino ibérico, con una pérdida del 57,44% de la cabaña, y en ovino, del 22,81%.
El estudio se detiene, igualmente, en las diferencias poblaciones de los principales territorios ganaderos en regiones como Andalucía, Extremadura y Cantabria, comprobándose descensos en todos ellos a excepción de términos municipales por encima de los 10.000 habitantes, caso de Pozoblanco en Córdoba, siendo más acusados en municipios entre 1.000 y 5.000, una pérdida poblacional que es realmente significativa si nos remontamos a datos de veinte años atrás.
El responsable técnico ha indicado que, entre sus conclusiones, el documento recoge que la desaparición de la ganadería extensiva se debe no sólo a la falta de rentabilidad y la crisis económica sino también a la enorme carga normativa y burocrática que afecta al sector. En ocasiones, la presión es tan grande –ha recalcado- que resulta imposible el conocimiento exhaustivo de las obligaciones de los ganaderos, lo que provoca desmotivación, abandono de la actividad y despoblamiento, afectando a la conservación y sostenibilidad de los territorios.