El Grupo Operativo Tricabland, que ha trabajado durante los dos últimos años en la evaluación de variedades de trigo blando de alta calidad harinera, que permitan al campo andaluz competir con las importaciones procedentes de los principales países productores de cereal, llega a su fin.
Durante este tiempo, el consorcio que conforma este proyecto, al que pertenecen la empresa Agrovegetal; la cooperativa San Dionisio S.C.A.; Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía; la empresa Harinas Sánchez Palencia y el departamento de genética de la Universidad de Córdoba, con la colaboración del Ifapa y de las cooperativas Coesagro y Campo de Tejada, ha trabajado en identificar variedades que cumplan varios parámetros muy importantes a la vez: adaptación al medio, buena calidad, resistencia a enfermedades y alta productividad.
Así, se han probado un total de diez variedades, en diez ensayos de campo (cinco por campaña), incluyendo dos de ellos en regadío (realizados por el IFAPA en Santaella) y ocho en secano, distribuidos de forma homogénea por las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz y Córdoba, consiguiendo de esta forma datos en diferentes ambientes y suelos. En la media de los rendimientos de sendas campañas se ha visto con claridad que hay dos variedades de trigo blando que destacan sobre el resto: Rota y Setenil.
Ambas variedades han sobrepasado de media entre un 10% y 12% de productividad a las testigos (que son las variedades más sembradas en el sur de España actualmente), consiguiendo medias por encima de 5.000 kg/ha.
Otro punto favorable que han demostrado estas variedades es su alta capacidad de resistencia a enfermedades (royas, septoria, oidio, etc.) consiguiendo reducir costes innecesarios y aumentar la rentabilidad del cultivo.
Para corroborar los resultados, las variedades de mayor calidad de los ensayos fueron sembradas también en un total de 16 fincas de agricultores de las Cooperativas San Dionisio (Jerez de la Frontera, Cádiz), Coesagro (Écija, Sevilla) y Campo de Tejada (Escacena del Campo, Huelva).
En cuanto al manejo, se comparó un manejo habitual con una sola cobertera con un manejo óptimo con dos coberteras de abono y fungicida si era necesario, en todas las fincas. En la mayoría de los casos los resultados mostraron que el manejo óptimo contribuye a una mejora de la productividad y, en muchos casos, también de la calidad.
En cuanto a la calidad de estas nuevas variedades más productivas, los análisis realizados en el laboratorio de calidad de Harinas Sánchez Palencia (Jerez de la Frontera) y en la Universidad de Córdoba demuestran que son de media fuerza, es decir, del grupo 2. Esta circunstancia se ha valorado como muy positiva, ya que las variedades más sembradas y productivas hasta la fecha en España son de calidad consideradas inferiores (grupos 3 y 4).
Además, se ha podido comprobar que, en algunas de las fincas, al fertilizar con dos coberteras, las cosechas pasan a ser del grupo 1 (grupo de fuerza con la mayor prima por calidad).
Por todo ello, el Grupo Operativo Tricabland destaca en sus resultados que las variedades Rota y Setenil, de origen 100% andaluzas, están en lo más alto del pódium de productividad y calidad de los trigos blandos, por lo que su elección puede permitir mejorar la rentabilidad de los agricultores andaluces, obligados a competir con los precios del mercado internacional marcados por los países exportadores de cereal.
Para desarrollar el proyecto Tricabland (Producción de trigo blando de alta calidad en Andalucía) el consorcio ha contado con un presupuesto superior a los 260.000 euros, financiados a través de los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER) y cofinanciados por la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación en Materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícola (EIP AGRI) de 2022.